Este hombre se levanta cada mañana y lo primero que hace es asearse, dejar su cama lista (es viudo con dos hijas pequeñas, menudo drama) y después, desayunar. Como se puede apreciar, la falta de una esposa no es óbice para que nuestro protagonista se esmere en la decoración y pulcritud de su diminuto hogar...
Después del desayuno, toma sus útiles de trabajo y sale a recorrer la zona...
A las niñas las deja al cuidado de una señora que viene a ayudarle con
las tareas de la casa y de los animales. A la hora de comer regresa y
por la tarde pasa algunos ratos con sus hijas en el porche, aunque sin
dejar de lado su tarea de vigilar que todo siga en orden. A la niña
mayor le gusta inculcar a su hermana, apenas un bebé, su afición por las
muñecas...
Esperemos que cuando el papá se entere de lo ocurrido no sea porque las niñas se hayan caído del árbol al intentar bajar por su cuenta y riesgo. Y esperemos también que la reprimenda no sea demasiado severa.
- FIN -
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